POR Luis Fernando Moreno Mayoral
No se puede hablar de un gobierno feminista si continúa al frente de su responsabilidad un agresor de mujeres como Vladimir Parra Barragán, señalado por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del CEN de MORENA y por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima.
No puede haber un Congreso del Estado que se diga referente de la paridad de género si rechazaron, desde la Mesa Directiva del Poder Legislativo, la Recomendación 04/2022 sin más justificación que la protección a uno de los suyos.
¿Sirve de algo marchar y salir a las calles a gritar consignas en contra del patriarcado si, al día siguiente, todo sigue igual? ¿Todas las mujeres que salieron a las calles el 8M y que se expusieron a ser identificadas se sentirán seguras? ¿Todas las que fueron grabadas por las cámaras de televisión no tendrán miedo de que llegue la Fiscalía General del Estado de Colima para llevárselas a la cárcel?
Las imágenes de cómo lograron derribar el portón principal de Palacio de Gobierno dieron la vuelta a todo Colima y al país; las llamas que se alzaban en la entrada de la oficina donde despacha la gobernadora fueron impresionantes, algo que el propio Andrés Manuel López Obrador lamentó.
¿Sirvió de algo? No, de nada. Ni siquiera el discurso oficial les dio la razón; de otra forma habrían tomado cartas en el asunto y cesado a los que están identificados como agresores de mujeres y comenzado una investigación en contra de los que fueron acusados en la marcha.
Ahí había maestros, instructores de gimnasio, funcionarios de los tres órdenes de gobierno; todos identificados con nombre y apellidos, listos para que las autoridades actúen en consecuencia y hagan justicia.
Pero nada de eso pasó; tal vez jamás pasará. Porque, en el fondo, la autoridad permite que las mujeres salgan a manifestarse una vez en el año para desahogar sus frustraciones y dejen salir sus fantasmas; sin embargo, no dan el seguimiento esperado para que verdaderamente tengan una vida digna y libre de violencia.
Un solo día, el 8M, se les permite gritar y derribar portones e incendiar Palacio de Gobierno; al día siguiente envían a gente a limpiar el desorden y a lo que sigue. Así es y así ha sido desde siempre en Colima y en todo el país: parece una concesión que se les da para decir lo que quieran, pero nomás un día, porque la vida tiene que seguir.
Increíble que la protección a Vladimir Parra sea a costa del descrédito del gobierno del Estado y el Congreso del Estado. Lamentable, por supuesto, que continúe al frente de la dirección general de Ciapacov y, todavía peor, que los diputados de MORENA y aliados, contando a las falsas feministas Evangelina Bustamante, Priscila García y Kate Castillo, protejan con su voto a un agresor de mujeres confeso y señalado por dos instancias que así lo determinaron.
Cada que hablen de feminismo y de los derechos de las mujeres, la mancha de la impunidad a Vladimir Parra estará con todas las mujeres de Movimiento de Regeneración Nacional y las perseguirá en toda su carrera política; la oposición y los medios siempre se lo recordaremos, al menos para ver si tienen vergüenza, porque dignidad de plano no.
Este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, en Colima se despreció a quienes viven todos los días con miedo a ser asesinadas, violadas y ultrajadas; el partido en el poder les dio una patada en el trasero al mantener en su cargo a un agresor de mujeres, a Vladimir Parra, que fue capaz de amenazar a dos diputadas frente a testigos.