POR Jorge Octavio González
Un claro ejemplo de que los diputados oficialistas del Congreso del Estado de Colima no saben ni lo que aprueban fue lo relacionado con la Ley de Caminos y Puentes del Estado de Colima.
El fin de semana pasado, como parte de su gira proselitista para ser el abanderado de la 4T al gobierno de la República, la franquicia del PT en el Estado, que regentea el cacique Joel Padilla Peña, invitó a Gerardo Fernández Noroña; se placeó por varios municipios de la entidad para hablar acerca de los “logros” del presidente de México y de su aspiración presidencial.
Al margen de que en otra entrega se pueda hablar más a fondo acerca de su pretensión de ser el próximo presidente de la República, lo que hoy nos ocupa es la exhibida que les dio Fernández Noroña a los diputados oficialistas y a sus aliados en Colima con la ley en cuestión.
Y es que, sin preparar a su invitado sobre los temas locales, creyendo que la prensa local sólo se interesaría en lo que dijera el diputado del PT acerca de los asuntos nacionales, a Noroña se le pidió su opinión acerca de la Ley de Caminos y Puentes del Estado de Colima, así como la Ley de Asociaciones Público Privadas del Estado de Colima, para regular las concesiones de construcción, operación, explotación, conservación y mantenimiento de los caminos y puentes de jurisdicción estatal, y que se genere un marco legal que brinde certeza jurídica, que acote la discrecionalidad en la aplicación de las normas, por lo que busca la homologación con la legislación federal, tanto en el tema de los permisos como en el de las concesiones.
De entrada se mostró sorprendido porque no creyó que fuera cierto; ante ello, el reportero le dijo que ahí tenía a un lado a una de las diputadas que lo aprobó, Evangelina Bustamante, para que le corroborara que la privatización era cierta.
Acorralado porque ya no podía escudarse en que era mentira lo que le planteaban, porque a un lado tenía a una diputada que aprobó la ley a que se hacía referencia, dijo que era inconstitucional. “Es una barbaridad. Las carreteras son libres. No tienen costo. No puedes hacer de los caminos públicos caminos privados. Si hiciesen eso, se echaría atrás. Eso es imposible”, enfatizó.
¿Y qué dijo la diputada Bustamante? Esta vez la tía borracha, esa que alegre se subía a tribuna a contar malos chistes y a andar de llevadita con sus compañeros legisladores, calló como momia; prefirió esconderse detrás de su celular y hacer como que leía algo, pero en el fondo no tenía ni idea de lo que se estaba hablando, no obstante que ella aprobó la ley.
Ella no tiene la culpa de aprobar algo que ni sabía qué era; la culpa es de los legisladores de MORENA, comandados por el iletrado y atarantado Armando Reyna, quienes no fueron capaces de socializar la citada ley y hacer que los 25 diputados conocieran de lo que se trataba.
¿Podría tener algo importante para la sociedad colimense? Tal vez. El problema, sin embargo, es que la arrogancia y soberbia de la bancada de MORENA en el Congreso del Estado los orilla a cometer arrebatos como éste, en donde con imponer su mayoría es más que suficiente para quedar bien con la gobernadora, aun cuando sólo le generan problemas y ridículos como cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación les echa abajo sus iniciativas y leyes.
Así, en un análisis somero, para Fernández Noroña la Ley de Puentes y Caminos del Estado de Colima es inconstitucional. Exhibió la torpeza, una más, de los diputados de MORENA, quienes presentaron la iniciativa, y a sus aliados, que sin leerla, como siempre, la aprobaron sin chistar.
Lo dicho: la 60 Legislatura es la peor que ha habido en Colima. Y con esos bueyes habrá de arar la gobernadora hasta el 2024.