POR PXPress
HUBIERA SIDO EL COLMO que el presidente López Obrador dejara ir una inversión multimillonaria por sus complejos, su ignorancia, su ineptitud y su perversidad, igual que como lo hizo al iniciar su desastroso gobierno cuatrotero con el aeropuerto que se construiría en Texcoco. En esa ocasión, enfermo de soberbia y poder, como lo demuestra el hecho de haber ignorado a los expertos que le recomendaron que continuara con la trascendental obra, como son los casos de dos de sus secretarios (de Hacienda y de la SCT) y el jefe de la Oficina de Gobierno, el inquilino de Palacio Nacional prefirió sacarse de la manga una estúpida encuesta dizque para consultar al pueblo bueno y sabio, la cual resultó a favor de echar a la basura lo ya invertido en la importante obra, además de millonarias indemnizaciones por algo que nadie disfrutará. La elección de un aeropuerto (el AIFA), que más bien parece de rancho que el internacional que merecía la Ciudad de México, donde también se ha tirado otra inmensa fortuna de forma criminal, es la prueba de que este gobierno es el más mediocre, inútil y dañino de cuantos hemos padecido a lo largo de más de un siglo. BUENO, HA SIDO TODO UN triunfo que ya no se haya caído en el mismo error de cometer una gigantesca estupidez con la inversión del magnate Elon Musk, dueño de Tesla, la planta fabricante de autos del que también es propietario de la red social Twitter. La mejor opción para la instalación de la planta siempre fue el estado de Nuevo León, donde el quijarudo y semi retrasado mental gobernador del lugar, Samuel García, había puesto su mejor empeño para que Tesla se quedara en su entidad; sin embargo, amlo intentó jugar a las vencidas con Elon Musk, para lo cual quiso convencer al magnate de que Tesla se instalara en alguno de los estados del sur-sureste del país, donde su gente tradicionalmente no es muy afecta al trabajo, salvo en Yucatán y en Quintana Roo. Lo que son Chiapas, Oaxaca, Campeche y Tabasco (la tierra de amlo y de Adán Augusto López Hernández), la mayoría de sus habitantes sólo están acostumbrados a estirar la mano para recibir lo que les regale el gobierno en turno. Por ello, la gente de esas regiones que sí es trabajadora y emprendedora se tiene que trasladar al centro o al norte del país, donde sí hay más oportunidades. El caso es que, tal vez bien asesorado por conocedores, Elon Musk advirtió que con él no habría Plan B que valiera: era Nuevo León o irse fuera de México. La fuerte inversión que representa instalar la planta de autos Tesla no era para dejarla ir: sólo a un ignorante como López Obrador se le podría ocurrir correr esa nueva inversión, por lo que seguramente hubo gente un poco más racional del obradorato que convenció al viejo para que no fuera a repetirse la historia del aeropuerto de Texcoco. Al final, Elon Musk se salió con la suya: la planta estará en Nuevo León, lo que ha sido más que celebrado por el quijarudo y semi idiota Samuel García, aunque esta vez con toda la razón. En el camino se quedaron otras entidades que también querían Tesla para su territorio, como San Luis Potosí, pero Nuevo León quedó bien firme. Es cierto que hubo muchas especulaciones por culpa de la necedad del vejete tabasqueño, lo que provocó que periodistas y youtubers de prestigio, como Darío Celis y Chumel Torres, lanzaran la noticia de que la inversión se iba de México. No fue así: de última hora, se descorrió el misterio y la grandiosa inversión favorecerá a miles de nuevoleoneses que contarán con muchas fuentes de trabajo de calidad. Al menos por esta vez, el senil anciano macuspano no cometió una monumental estupidez, como lo fue la del aeropuerto de Texcoco.
A UNA SEMANA de que la Red de Mujeres pidiera a la Bancada de Género del Congreso del Estado que se pronuncie sobre los agresores de mujeres que están en el gobierno del Estado, como Vladimir Parra, su creadora, Evangelina Bustamante, no ha dicho ni pío. Eso de defender a la mujer es puro rollo de la legisladora plurinominal.