POR PXPress
TRAS LA SALIDA DE LOCHO MORÁN SÁNCHEZ como dueño de la franquicia del MC en Colima, muchos vieron con optimismo que, desde las alturas, se querían sacudir la impresión de que Movimiento Ciudadano estaba alineado a los intereses del indirato y su partido, Morena. Poco les duró el gusto a los optimistas, pues el delegado nacional enviado para hacerse cargo del partido ciudadanizado, Benjamín Alamillo, le sigue haciendo el caldo gordo a los Vizcaíno (padre e hija). Al dueño de La barata permanente le convenía seguir esa línea en aras de “la gobernabilidad”, con sus dos diputados que logró meter a la LX Legislatura local, más que nada para salvar su propio pellejo por las irregularidades cometidas (como alcalde) con recursos de trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento de Colima, que nunca llegaron a su real destino: el IPECOL. Así, en esa línea marcada por su “guía moral y espiritual”, los diputados Glenda Yazmín Ochoa e Ignacio Vizcaíno Ramírez se entregaron a la causa de Morena y compinches en el Congreso del Estado. La percepción de entreguismo del MC hacia el Gobierno del Estado, ya con Locho Morán fuera del partido, se fortaleció con la llegada a las filas emecistas del legislador Jesús Dueñas García, nachista de corazón y que obtuvo el cargo con los colores del PRI. El joven tribuno, sin ningún capital político ni liderazgo, pero bueno para las relaciones públicas, no abandonó el tricolor porque realmente su sed de justicia social se lo exigiera, sino para poder prolongar su permanencia en puestos de poder. Por tanto, una de las principales razones de haber llegado al MC y engrosar la bancada emecista en el Poder Legislativo local es hacerse de la directiva que se encuentra acéfala, pues un delegado nacional, por muy enviado desde la capital del país, no puede permanecer por tiempo indefinido tomando decisiones que son inherentes a los colimenses, no a un fuereño al que le vale madre lo que ocurra en Colima. No es simple percepción que Chuy Dueñas (el Chuy Dueñas pirata, por cierto) puede ser el nuevo dirigente estatal del MC, pasando por encima de otros liderazgos locales probados, pues es el propio delegado plenipotenciario el que lo placea por todos lados, incluso más que a los otros dos diputados. Eso sí: le coquetean a la diputada Kathia Castillo Hernández, que se descaró como una más de las simpatizantes de Indira Vizcaíno Silva, la cual ya fue invitada convenientemente a sumarse a la bancada emecista, donde ya serían cuatro sus integrantes. El CASO ES que el MC ha enviado las señales de que está al lado de la Gobernadora Altozano, lo cual lo deja a la misma altura de las rémoras que son el PT, el PVEM y el Panal, que estarán a la espera de que en Morena le arrojen algunas migajas del pastel en los siguientes comicios. Es eso, un palero más, o la otra sopa: que el MC muestre garra y se sacuda el tutelaje del indirato de una vez por todas. Una buena oportunidad se la acaba de dar la Alianza Va por Colima, que recientemente exhortó a sumarse al proyecto aliancista a otras fuerzas políticas, en un claro guiño al MC, siempre y cuando al frente del mismo se encuentre un dirigente confiable con el que se puedan negociar posiciones a cambio de la suma de esfuerzos y voluntades. Por supuesto, eso no será posible con un oportunista Chuy Dueñas y con otras figuras menores del MC en Colima. ¿Lo entenderá así el dueño del MC nacional, Dante Delgado, del que no se sabe si es hombre, mujer o quimera? Veremos y diremos.
A CASI UNA SEMANA DE LA denuncia que se hizo en el diario El Universal sobre las corruptelas de Salvador Gómez Meillón al frente de la Administración del Sistema Portuario Nacional de Manzanillo, nadie de la dependencia ha salido a desmentir lo que publicó el columnista Mario Maldonado sobre el ilegal permiso que le otorgó a Terminal Marítima Hazesa. El que calla otorga, dicen por ahí.