POR Bibiano Moreno Montes de Oca
La posible y muy viable fórmula al Senado de la República, por parte de la Alianza Va por Colima, integrada por la priista Mely Romero Celis y el panista Riult Rivera Gutiérrez, garantiza, de entrada, la continuidad de la misma en nuestra entidad con miras al 2024. De no ser así, resultaría un alto costo político para los partidos que están involucrados (PRI-PAN-PRD): si juntos tienen buenas posibilidades de triunfo en las urnas, solos estarán perdidos. Por ello, como dirían los abogados, más vale un mal arreglo que un buen pleito.
Es bueno que haya un acuerdo preliminar para que Mely y Riult vayan juntos por el Senado de la República, pues eso le deja el camino libre a Margarita Moreno González para buscar la reelección en la presidencia municipal de Colima, aunque esta vez con un compromiso más firme con los participantes de esa alianza, pues en la primera vez todo mundo se llamó a engañado a la hora de repartir el pastel de las posiciones en una administración que, aunque de la capital del estado, no alcanza para tantos.
En este primer periodo constitucional a los panistas les tocó bailar con la más fea: la presidenta municipal entregó posiciones a individuos que no representaban al partido, sino a sí mismos. Así, por ejemplo, la Secretaría del Ayuntamiento le fue entregado al traidor Francisco Rodríguez García, que antes del año se fue con su música a otra parte, es decir, a Morena, donde fue premiado con la Secretaría de Fomento Económico del Gobierno del Estado, en sustitución de la inepta, gris y mediocre Rosa María Bayardo Cabrera.
Junto con Rodríguez García se fue el no menos traidor plurinominalero Fernando Antero Valle, panista que también ahuecó el ala a las primeras de cambio, tras los pasos del flamante secretario de Fomento Económico, con el que es uña y mugre. De igual forma, en la actual administración permanece el traidor Hugo Vergara, quien no responde a los intereses del partido blanquiazul en Colima, sino a los de los impresentables empresarios políticos (o políticos empresarios) Pedro Peralta Rivas y Jorge Luis Preciado Rodríguez, que son los que más le han hecho daño al panismo. En este sentido, pues, el PAN no pintó para nada en el reparto, lo que esta vez tendrá que corregirse.
Fuera de esos ajustes que tendrán que hacerse a la hora de negociar la alianza en 2024, los problemas internos se habrán solucionado, pues también se apoyará en su reelección a la maestra Esther Tey Gutiérrez Andrade, que no tiene quién le haga sombra internamente, aunque también con la renegociación de cargos directivos y de medio pelo en la administración villalvarense. Y, claro, a cambio del apoyo a dos figuras priistas en la zona conurbada Colima-VA, el PAN tendrá manga ancha para escoger a los candidatos en Tecomán y Manzanillo, los dos municipios costeros más importantes de la entidad.
En el municipio de Tecomán, aunque se puede respaldar sin problema alguno la candidatura de Óscar Ávalos Verdugo, el tipo comienza a dar muestras de titubeo político: trae el apoyo del panismo local, pero anda coqueteando con los dueños de Morena sin rubor alguno, lo que lo pinta como un convenenciero. El empresario tecomense es de los que asistió a la comida de apoyo a Indira Vizcaíno Silva, organizada por el padre de ésta, Arnoldo Vizcaíno Rodríguez. No sólo eso: una de las oradoras de ese acto público fue la novia de Óscar Ávalos, lo que no deja dudas del flirteo político de este individuo.
En descargo del narcisista Óscar Ávalos, diré que no es el favorito de los dueños del PRI en Colima, pues la intención de Fernando el Nene Moreno Peña y de Arnoldo Tony Soprano Ochoa González, es la de respaldar al impresentable diputado mazorquero Rigoberto García Negrete, cuyos negros antecedentes son ampliamente conocidos entre la mayoría de los tecomenses. ¿Por qué el apoyo de la dirigencia estatal al legislador? Misterio. Pero esa es la razón por la cual el tal Óscar Ávalos anda haciendo zigzag, aunque con ello afecte las aspiraciones de otros que tienen pintado su corazón de guinda desde antes.
En Manzanillo no se tiene nada concreto, pero parece que será un empresario del puerto colimense al que apoye la Alianza Va por Colima. En el municipio porteño las cosas se pondrán muy interesantes, ya que podría haber un corto circuito entre la actual administración municipal, que es abiertamente contraria a la política estatal. Así, si el indirato logra imponer a su candidata favorita, que es la mediocre (a la que ponen sus paniaguados por las nubes en una encuesta bien cuchareada) Rosa María Bayardo, en el edificio de la calle Juárez #100 de Manzanillo no se van a quedar con los brazos cruzados.
De momento, pues, este es el diagnóstico que hay sobre la Alianza Va por Colima con miras al próximo año.