Protegidos

POR Édgar Rodríguez H

El ex gobernador del estado, José Ignacio Peralta, y su concuño Carlos Arturo Noriega García que desde la Secretaría de Planeación y Finanzas respaldó el saqueo del dinero del pueblo bueno de Colima, siguen librando la timorata acción de la justica protegidos por el manto guinda de la impunidad y por las enaguas de la mujer que ambos ayudaron a instalarse en Casa de Gobierno y Complejo Administrativo. Al primero lo tiene escondido en la sede nacional del Partido Revolucionario Institucional su caro amigo Alejandro Moreno Cárdenas; al segundo lo ampara su fuero de diputado local. Además, ambos cargan sendos amparos federales bajo sus brazos por aquello de las dudas.

El Congreso del Estado, el Órgano Superior de Auditoría y Fiscalización Gubernamental del Estado de Colima, la Fiscalía Anti Corrupción y la Fiscalía General del Estado, siguen protegiendo a José Ignacio y a su pandilla, como antes también hicieron lo mismo para salvarles el pellejo y el dinero mal habido a otros ex gobernadores y sus cómplices. La clave es dejar correr el tiempo para que los colimenses olviden, y a otra cosa mariposa.

La lista de fechorías cometidas por Peralta, Noriega y demás cómplices es tan larga como será la próxima cuaresma. En ella abundan compra ventas de terrenos a precio alzado como La Campana y Zona Militar, obras públicas injustificadas con presupuestos inflados, desviaciones de dinero que debieron enterar en tiempo y forma al Instituto de Pensiones del Estado, triangulaciones con negociantes al amparo de su gobierno, etc., etc., etc., todo lo cual les redituó jugosos entres, porcentajes, comisiones, retornos y demás conceptos de la jerga de uso común entre la delincuencia organizada gubernamental.

Ni Nachito ni Carlitos ni sus cómplices pisarán la cárcel ni habrá poder humano que los obligue a devolverle al pueblo bueno de Colima ni un solo centavo de lo que le birlaron, misma buena suerte que acompañó a los cuatreros que en sexenios anteriores hicieron lo mismo, y libres y enriquecidos hasta admirados son por la permisiva y complaciente sociedad colimense. Sus explicables enromes enriquecimientos están a la vista de todos.

No solamente la librarán sin despeinarse los Peralta, Noriega y Compañía, sino que, envalentonados, puestas tienen sus miras en la gubernatura del estado 2027/2033 que se proponen reconquistar desde la alcaldía de Colima que es santuario para quienes, desde la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano, la Secretaría de Planeación y Finanzas y la Coordinación de Comunicación social, les ayudaron a saquear la administración estatal hasta dejarla pal ’arrastre, como así lo ha denunciado reiteradamente la peor gobernadora del país, Indira Vizcaíno Silva.

Transcurridos ya casi 15 meses de que Peralta y sus cómplices ahuecaron el ala de Casa de Gobierno y Complejo Administrativo del Gobierno del Estado, yéndose el primero a refugiar al CEN del PRI y los segundos al H. Ayuntamiento de Colima, el tema de la corrupción que les atribuyen y acreditan ya ha perdido vigencia en la opinión pública al grado de que hasta Indira ha dejado de mencionarlo. Una vez más, la impunidad vuelve a proteger a los gobernantes corruptos y a sus cómplices. Hasta los líderes sindicales de la burocracia estatal y de las municipales se han olvidado ya de fustigar al gobierno de José Ignacio como la habían venido haciendo hasta meses atrás.



SE DICE QUE

ü El borrón dado a las admiraciones estatales anteriores obliga a abrirle cuenta nueva a las mismas prácticas de corrupción que el gobierno 4trero de “Nuestra Colima” que se presumía diferente ha estado llevando a cabo, algunas de las cuales han sido denunciadas en PXPress.

ü El nulo avance de los juicios políticos que Peralta y Noriega enfrentan en la Comisión de Responsabilidades en el Congreso del Estado, presagian que en el remoto caso de que ésta encontrara culpables de corrupción, ni devolverán lo robado ni será encarcelados.

ü Como tampoco las fiscalías persiguen al par de trúhanes, seguirán viviendo seguros y felices ‘per secula seculorum’ disfrutando de sus enromes riquezas mal habidas.