POR Jorge Octavio González
Doña Gaby Mejía es, por mucho, una de las peores presidentas que ha tenido el municipio de Cuauhtémoc; cree que gobernar es montar a caballo, tomarse selfies para sus redes sociales y provocar a sus críticos con comentarios más dignos de una mujer de arrabal como Yeri MUA.
“Perdón que los salpique de felicidad”, escribió en su cuenta de Facebook el lunes, haciendo alusión a la canción de moda de Shakira, en donde, al hacer mención de la palabra “salpique” se asume como la víctima que ha sido objeto de ataques injustos.
La realidad, sin embargo, es diferente: doña Gaby Mejía no es ninguna inocente; alguien que llega a esa posición no lo hace siendo alguien precisamente limpia y honrada. Al contrario: como todo político, debió mancharse las manos para escalar posiciones, pese a su evidente limitación y mediocridad como gobernante.
En seguridad, por ejemplo, está reprobada. Cabezas humanas dejadas en el jardín principal del municipio, con mensajes amenazantes para líderes de organizaciones criminales que sólo operan en Cuauhtémoc, es algo verdaderamente alarmante. ¿Qué es lo que ha hecho para reducir los índices de violencia? Nada.
¿Ha resuelto los demás problemas que enfrenta el municipio, como el del agua? Desde que Rafael Mendoza era presidente, en 2015, hablaba de ese asunto; como no hizo nada en su primer trienio, en su campaña para la reelección se colgó de nueva cuenta del tema.
“Quiero llevarme la estrellita de que Rafael Mendoza pudo solucionar el tema del agua en el municipio de Cuauhtémoc”, declaró en mayo de 2018, en su campaña para la reelección. ¿Cuál era el problema en ese entonces? Comunidades como Chiapa y Ocotillo no tienen pozos de agua, y los arroyos son los que suministran a esas comunidades del vital líquido; el problema es que se están secando, y cuando llegue ese momento se quedarán sin agua los habitantes de esos lugares.
“El tema número uno es el tema del agua, y no me voy a despegar del asunto”, insistió Rafael Mendoza, convencido de que el agua era su bandera primordial para gobernar Cuauhtémoc por segunda ocasión consecutiva.
“Dos años y medio no alcanza”, declaró el entonces alcalde con licencia y candidato a reelegirse en Cuauhtémoc. Tuvo otros tres años más y tampoco resolvió el problema del agua; no se llevó la estrellita que tanto buscaba.
¿Doña Gaby Mejía, ahora en el 2023, ha hecho algo para solucionar ese problema con el agua en las comunidades de Cuauhtémoc? Para nada. Sigue igual que cuando Mendoza Godínez gobernaba el lugar, hace más de ocho años de eso.
Montar a caballo, tomarse selfies para sus redes sociales, organizar borracheras para recaudar dinero en las Fiestas Charrotaurinas y subirse al ring con mensajes crípticos para sus enemigos como toda una Yeri MUA, así es como gobierna Gaby Mejía.
¿Reelegirse? No tendría la menor oportunidad. Y si lo hiciere, tiene la derrota asegurada.