POR Jorge Octavio González
Por ser el más competitivo, el que tiene mejores cuadros y ha actuado como la verdadera oposición al gobierno federal, el candidato de la Alianza por México debe ser de extracción panista.
Recientemente, para sacar adelante las elecciones en Coahuila y el Estado de México, el PRI y el PAN acordaron ceder las candidaturas a los priístas, sumándose de manera disciplinada el panismo para conservar las dos entidades que se disputarán este año.
Lo malo, sin embargo, es que el acuerdo se hizo con Alejandro Moreno Cárdenas, el corrupto dirigente del CEN del PRI. Y es que, por más que el panismo tenga palabra y crea que hizo su parte cediendo las candidaturas de Coahuila y el Estado de México, en el fondo no se puede confiar en alguien que fue capaz de poner en vilo la Alianza para salvarse de ir a la cárcel.
El acuerdo, además de que en las dos entidades en disputa los abanderados serán del PRI, es que el PAN conduzca el proceso para la selección del candidato presidencial en el 2024.
Aunque quedó claro para ellos y para los que escucharon bien el mensaje, han salido figuras del priísmo a aclarar que no era cierto que le habían cedido la candidatura presidencial al PAN por haber acordado que el PRI encabezara las candidaturas en Coahuila y en el Estado de México.
¿Quiénes, pues, fueron los que han salido a escena a tratar de desmentir la especie de que el PAN tendrá el abanderado a la presidencia de la Alianza por México? En Colima, el ex gobernador Fernando Moreno Peña, quien asegura que el abanderado presidencial saldrá de las filas del tricolor. Y a nivel nacional el propio Alito Moreno, que con eso intenta meter ruido a la Alianza señalando que, si bien el PAN tendrá el control del método de selección del candidato a la presidencia, eso no significa que el abanderado será del PAN.
Una cosa debe quedar claro: el PAN ya cedió dos gubernaturas de gran relevancia, como lo son Coahuila y el Estado de México; por ende, al tener el control del método de selección del candidato presidencial, el panismo ya tiene medio boleto en la sucesión del 2024, pues si el proceso lo llevarán a cabo ellos, es obvio que el candidato saldrá de sus filas.
Y así es mejor, pues quien ha demostrado ser la única fuerza política de oposición a los intentos dictatoriales de Andrés Manuel López Obrador es el PAN. Nadie más. El PRI, al menos la parte que controla Alito Moreno, juega sucio y engaña a sus aliados para obtener canonjías en Palacio Nacional o, como sucedió con Alito, protección para no desaforarlo y meterlo en la cárcel.
Maniobró para quedarse como dirigente nacional del PRI hasta después del 2024, cuando los estatutos marcaban que debía salir antes; aunque una facción del tricolor se opuso, nada pudieron hacer ante el atropello cometido por Moreno Cárdenas.
En Colima, desde luego, es el PAN el que ha demostrado en el Congreso del Estado ser la verdadera oposición al gobierno del Estado. El PRI, como es su costumbre, en momentos se alía con la mandataria y en otras hace como que la cuestiona; en el fondo es una veleta que se mueve de acuerdo a sus intereses.
¿Quién en el PRI ha sido oposición al gobierno del Estado? ¿Fernando Moreno Peña? Ha guardado un silencio cómplice ante las irregularidades del gobierno estatal, esperando que con eso respeten a su hija, aunque le tienen un expediente bastante duro que saldrá en el proceso electoral. ¿Arnoldo Ochoa González? Está cada día más preocupado por recibir las prerrogativas del partido que en ser una auténtica oposición.
¿Mario Anguiano Moreno? Ya lo asustaron con la amenaza de cobrarle los más de 500 millones de pesos que debe tras la sanción que le impusieron en el Congreso del Estado, además de que en redes sociales ya lo han estado desapareciendo del mapa para que termine de espantarse.
¿José Ignacio Peralta Sánchez? Se refugió en el CEN del PRI con otro igual a él, Alito Moreno, para terminar de destruir el partido a cambio de la impunidad que los dos tanto necesitan. Si Ignacio Peralta se halló tan bien con Alito Moreno significa que son de la misma calaña. ¿Qué se puede esperar de esos dos traidores que fueron capaces de negociar con MORENA la entrega de gubernaturas, dejando desamparados a quienes los ayudaron a llegar adonde están?
Si realmente existe la intención de sacar a MORENA de Palacio Nacional, el candidato a la presidencia de la República por la Alianza por México debe ser panista; una mala decisión abriría la puerta a que la destrucción del país continúe con Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard.