POR Jorge Octavio González
Fue en Tecomán, en donde gobierna uno de los sujetos más ineptos e inútiles llamado Elías Lozano, donde un grupo de ciudadanos, cansados de las arbitrariedades de la Policía Estatal, decidieron alzar la voz para ser escuchados, ante la negativa de atenderlos en el ayuntamiento tecomense y en el gobierno del Estado, de la cínica y mitómana Indira Vizcaíno.
El martes, desde muy temprano, se bloqueó la entrada al municipio iguanero, lo que provocó un caos vial por las personas que intentaban salir e ingresar; con la gente apostada en medio de la carretera fue imposible avanzar un milímetro.
¿Pero qué fue lo que originó esta protesta que no se veía desde hacía mucho en Tecomán? Una serie de abusos, como golpes a mujeres, violaciones, secuestros, extorsiones y venta de droga de los policías de la Secretaría de Seguridad Pública en el municipio.
Unos días antes de la protesta, una mujer violentada por elementos de la SSP del gobierno del Estado, que están bajo las órdenes de Alfredo Castillo Báez, subió un video a las redes sociales en donde exhibió los golpes que recibió de policías cuando intentaron culparla de vender droga; luego de buscar en todos los rincones de la casa y no hallar nada, uno de los elementos sacó un envoltorio de mariguana y la obligó a comérsela en ese momento. Así de miserables los muchachos del secretario de Seguridad.
La consigna de los manifestantes era sencilla: no querían tener más a los policías estatales en el municipio de Tecomán, habida cuenta de que la mayoría, tal vez no todos, tenían esas prácticas propias de una organización criminal, en donde hacían lo que querían porque ellos eran la autoridad en el lugar.
Llegó el alcalde Elías Lozano, más cadavérico que en su primera gestión, a tatar de calmar los ánimos; en Tecomán el presidente es un cero a la izquierda, un títere de los empresarios que gobiernan el municipio y que le ordenan lo que tiene que hacer. Acudió al llamado, pero nada pudo hacer; antes también había sido informado de los abusos de los policías estatales en el municipio, sin hacer nada para remediar el asunto.
Tuvo que ir al secretario de Seguridad Pública a Tecomán para invitar a las víctimas de abusos de la policía a que interpusieran denuncias en el edificio del ayuntamiento tecomense, algo que no funcionó, pues ir a interponer las denuncias en contra de quienes habían actuado como criminales no era la mejor idea.
Se decidió, al final, sacar a la policía estatal de Tecomán, algo inédito en la historia de la entidad, en donde jamás se había hecho algo similar. La policía estatal era, en Tecomán, como una organización criminal con charola, con la autoridad para reprimir, vejar, golpear, secuestrar y violar con toda la impunidad que les daba el uniforme.
¿Y la policía municipal de Tecomán es mejor o no? Ese mismo día, en un panteón que estaban por derribar las autoridades para construir una vialidad, el regidor panista Sergio Anguiano fue detenido con lujo de prepotencia por elementos de la Dirección de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Tecomán, con el argumento de que pretendía quitarle la pistola a uno de los uniformados, algo que es mentira y nunca se pudo probar, como bien se puede apreciar en los diversos videos que circularon en las redes sociales.
Se deshicieron de la policía estatal por actuar como un cártel criminal, pero dejaron a policías municipales que aprendieron bien de sus maestros y se estrenaron con la detención de un servidor público con fuero.
Ya no se sabe si retirar a la gente de Alfredo Castillo fue la mejor idea. Elías Lozano, por lo tanto, sigue hibernando, esperando que los problemas de Tecomán se solucionen por arte de magia, mientras él sigue acudiendo a fiestas extravagantes vestido de Batman, con el antifaz y su Robin a un lado.