POR Jorge Octavio González
Apenas estamos en el 2022 y ya varios de los diputados y funcionarios de los tres órdenes de gobierno están haciendo campaña para las elecciones que se llevarán a cabo dentro de dos años más. Si eso no es adelantarse a los tiempos, entonces que nos digan qué es.
Los que están moviéndose últimamente son los legisladores del municipio de Tecomán. Uno es de MORENA y el otro del PRI; ambos están pagando a asesores y publicistas que están hablando de ellos en los medios de comunicación.
En Movimiento de Regeneración Nacional quien aspira a la candidatura a la alcaldía de Tecomán es Armando Reyna Magaña, defenestrado coordinador de la bancada oficialista en el Congreso del Estado por proteger con argucias y trampas a su hijo, que se vio involucrado en un accidente donde murió el señor Carlos Castillo.
Como coordinador de la fracción de MORENA y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política tenía a su disposición todos los recursos que quisiera para proyectar su imagen con miras al 2024. Pero se le atravesó la irresponsabilidad del júnior que, por manejar en estado de ebriedad y a exceso de velocidad, no sólo mató al taxista sino las aspiraciones políticas de su padre.
Aunque eso le duró poco, pues además de influir en la Fiscalía General del Estado de Colima para exonerar a su hijo del delito que cometió, que afortunadamente fue rechazada la resolución por un juez de control, ahora también está emprendiendo una campaña en redes sociales para posicionarse como el mejor prospecto para ser presidente municipal.
No le ayuda que es un empleado más de la gobernadora Indira Vizcaíno y que no tiene criterio propio; ese tipo de personas no le agradan a la gente que requiere autoridades fuertes e independientes.
Por el Partido Revolucionario Institucional aspira el tartamudo Rigoberto García Negrete. Votar por él sería como regresar a los tiempos de su hermano Lupillo, donde el crimen era el que gobernaba a través del R-2, no se respetaban los derechos de los trabajadores y tenía a su servicio a la prensa más inmunda y corrupta de Tecomán.
Se nota que no tiene asesores de calidad desde que comenzó a emplear un eslogan que utiliza Fernando Moreno Peña en el programa que paga dos veces por semana en una página de internet: “lo que viene conviene” es el eslogan que ya está circulando en camiones de transporte público de todo Tecomán, con recursos que no se sabe de dónde provienen, por cierto.
Y tan precarios son sus publicistas que colocaron un espectacular en un rancho en donde aparece la pregunta ¿Qué viene?, seguido de una silueta con un sombrero, lo que de inmediato da a entender que se trata del propio Rigoberto García Negrete.
Ese tipo de publicidad, por cierto, ya se había utilizado en otros candidatos, lo que habla de la poca originalidad de los que le trabajan la imagen al diputado del PRI.
Cierto es que Rigo García sabe que no puede llegar sin la ayuda de los medios de comunicación; el problema es que se allegó de los más chayoteros y sinvergüenzas del municipio que pretende gobernar: barateros y malos.
Aunque si ya llegó un tipo rupestre e ignorante como Lupillo García Negrete, es posible que llegue su hermano, aún más analfabeta, pero con dinero.
Lo que todos se cuestionan es por qué cree Rigo García Negrete que podrá ser candidato del PRI a la alcaldía de Teocmán, si ya está apuntado otro que sí garantiza el triunfo y tiene prestigio y calidad moral, algo de lo que carece el actual legislador priísta.
A lo mejor tiene un plan B para ser abanderado por otro partido, porque por el Revolucionario Institucional está claro que no.
En fin: Tecomán puede ser gobernado por dos sujetos impresentables y que no garantizan resolver los problemas del municipio.
Por eso hay una opción que más adelante, cuando sean los tiempos, saldrá a hacer su trabajo. Rigo y Armando creen que adelantándose serán tomados en cuenta. Allá ellos.