POR Jorge Octavio González
Cierto es que Indira Vizcaíno es pequeñita no sólo de estatura sino como representante de uno de los tres Poderes en la entidad; al lado del secretario de Gobernación se empequeñeció y, por más que trató de cuidar que nadie le hiciera señalamientos, Adán Augusto López se dio cuenta de la pésima e incompetente gobernadora que es.
Basta ver los videos en donde la increpan trabajadores sindicalizados del gobierno del Estado y los afectados por la empresa del sobrino de un alto funcionario de la Fiscalía General del Estado de Colima para darse cuenta que no tiene el control de lo que sucede en su propia entidad.
Increíble que, a un día de que viniera a Colima el secretario de Gobernación, nadie en el gobierno del Estado, no se diga los floreros que tiene en la Oficina de la Gubernatura, advirtieran los conflictos que podrían estallarle en la visita de uno de los aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador.
Si bien logró momentáneamente apagar el conflicto en la comunidad de Zacualpan, todavía le quedaban dos que fueron anunciados con anticipación por los mismos protagonistas.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado lo dijo en su conferencia de prensa: estarían en el Congreso del Estado para manifestarse y hacerle saber al secretario de Gobernación que en Colima la gobernadora no le cumple a los trabajadores como el propio presidente se comprometió las veces que vino a la entidad.
Y también circuló profusamente por redes sociales el llamado de los afectados por Axe Capital a que se concentraran en el Poder Legislativo para decirle a Adán Augusto que Axel Joya, sobrino del vice fiscal Gustavo Joya Cervera, es protegido de las autoridades y goza de impunidad al poder salir del país cuantas veces quiera con el dinero de los ahorradores.
Indira Vizcaíno no tuvo tiempo o los funcionarios competentes como para apagar los fuegos que se estaban saliendo de control; al final la mandataria cosecha lo que siembra, pues siempre se consideró autosuficiente y que no necesitaba de nade para hacer las cosas.
Pues ahora está viendo que no es así. Sí necesita de gente capaz y con oficio político que logre desactivar bombas que están por todo lo largo y ancho del Estado, pero que no van a estallar porque hay quienes saben contener la explosión.
En algunos casos los mismos funcionarios sirven de fusibles para ser sacrificados antes que generarle un problema a su jefa. Vladimir Parra puede ser uno de esos que, luego del fracaso en la negociación con los habitantes de Zacualpan, podría salir del gabinete para no comprometer más a su jefa, habida cuenta de que siempre alardeó que nomás tronaba los dedos y los comuneros hacían lo que les pedía.
La soberbia ciega a la gobernadora, su egolatría no la hace ver más allá de lo que alcanza una selfie con su teléfono; Indira Vizcaíno no está preparada para gobernar una entidad como Colima ni tiene la experiencia ni el oficio para resolver los grandes problemas que enfrenta la entidad.
En todos los rubros está reprobada: en salud, en educación, en finanzas, en seguridad, en todo; la verdad es que nada le ha salido bien a la mandataria, no obstante que tiene a su disposición al Congreso del Estado, al Poder Judicial y a la mayoría de los medios de comunicación. Ni siquiera con esa bandeja de plata que tiene puede lograr que la percepción de la sociedad colimense cambie; todos la ven como un chiste, como un meme que sirve sólo para reír un rato y desestresarse.
Pobre gobernadora. Mejor dicho: pobres colimenses; padecer una mandataria tan incompetente, tan inútil y tan soberbia sólo perjudica a quienes habitamos la entidad.
Ella se está llenando los bolsillos de dinero y saldrá más millonaria de como entró; la sociedad colimense será la que pague las consecuencias de poner en la gubernatura a una persona sin ideales y sin lealtad ni principios ni moral.