POR Luis Fernando Moreno Mayoral
Indira Vizcaíno dice que su gobierno es el más transparente de la historia moderna de Colima, pero ocultó por meses los aumentos de sueldos para ella y sus secretarios más cercanos de hasta el 75%; si no fuera porque fueron exhibidos ante la opinión pública la mandataria y sus allegados continuarían ganando esos obscenos salarios.
Y abundando un poco más sobre la opacidad en el gobierno del Estado, los dos funcionarios de la Oficina de la Gubernatura que exhibimos en PXPress demuestran que, más allá de los secretarios y subsecretarios, existen otras personas ganando dinero en abundancia.
Indira Vizcaíno dice que es feminista y apoya la causa de las mujeres, pero contrató como asesor a Rafael Briceño Alcaraz, acusado por su esposa de violencia intrafamiliar y protegido por Leoncio Morán Sánchez cuando era presidente municipal de Colima; la incongruencia es tal que la mandataria bien sabía de los antecedentes de su hoy asesor y, sin embargo, lo envió con Eduardo Jurado Escamilla para que ganara más de 70 mil pesos al mes.
Indira Vizcaíno dice que en su gobierno se respeta la libertad de expresión de los medios de comunicación y que a nadie se le persigue, pero tiene como golpeador en redes sociales a Ricardo Sánchez Arreguín, quien la mayor parte de su vida en la política ha estado trabajando para gobiernos panistas.
La función del sujeto en cuestión es, además de decir que en Colima estamos a las mil maravillas en todos los rubros, atacar a los enemigos políticos de la gobernadora, pero también a los medios y periodistas que discrepan de la mandataria y que no están en la nómina del gobierno del Estado vía contratos, que es la manera más usual de tener el control de la narrativa oficial.
Indira Vizcaíno insiste que no puede pagar el 8% de aumento salarial a los trabajadores sindicalizados del gobierno del Estado, pero sí pudo incrementar los salarios de sus funcionarios y de los asesores que hemos estado exhibiendo y estaban ocultos; de no ser porque los descubrieron continuarían ganando altos sueldos e insistiendo en que los recursos no alcanzan para los integrantes del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (STSGE).
Indira Vizcaíno aplaudió la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) que hizo Andrés Manuel López Obrador y hasta se dio el lujo de asegurar que por ningún motivo iban a hacer la declaratoria de emergencia para la entidad tras el sismo del pasado 19 de septiembre, pero cuando vio que su gobierno fue rebasado, de inmediato pidió ayuda al gobierno federal para que le bajaran recursos a través del denominado Programa para el Bienestar de Personas en Emergencia Social o Natural.
La diferencia entre el gobierno del Estado, la Delegación de Programas para el Bienestar de Colima y el ayuntamiento de Manzanillo respecto al censo de viviendas dañadas estriba en que todos ellos quieren tener en su poder la lista de damnificados para utilizarlo electoralmente, importándoles poco el sufrimiento de la gente que perdió todo y otros que quedaron con muchas afectaciones.
Griselda Martínez Martínez no confía en Indira Vizcaíno ni en Viridiana Valencia Vargas porque sabe que son amantes del dinero fácil; es así que la presidenta de Manzanillo no permitió en ningún momento que la ex diputada local tuviera acceso a los datos que tenían de las viviendas afectadas por el sismo hasta que se hiciera el trabajo correctamente.
Indira Vizcaíno ha cometido toda serie de tropelías y se ha conducido con indolencia y frivolidad, pero nada de eso ha sido advertido por sus asesores, que tendrían que ser los primeros en sugerirle que cambie de actitud ante los problemas que se generan en la administración estatal; ni Ricardo Sánchez Arreguín ni Rafael Briceño Alcaraz, con esos sueldos exorbitantes que tienen, han podido planificar estrategias para que su jefa no haga el ridículo cada que sale a declarar.
La inexperiencia y falta de oficio para improvisar sólo la han metido en problemas que no tendrían que ser de grandes dimensiones; no escuchar o no hacer uso de sus asesores lo único que indica es que Indira Vizcaíno se cree lo suficientemente buena como para manejar la entidad ella sola y que en la Oficina de la Gubernatura, donde está la Coordinación de Comunicación Social y la Coordinación de Asesores del gobierno del Estado, sólo están sus compromisos de campaña donde los tiene para cobrar y hacer como que trabajan.