POR Jorge Octavio González
Los funcionarios del gobierno del Estado creen que estamos en los tiempos en donde se podía mentir a la gente y no pasaba nada ni había reclamos de ninguna índole; pero esa dinámica la siguen aplicando porque en las áreas más importantes de la administración están los priístas que durante décadas medraron del erario y actuaron sin importarles la ciudadanía.
Hoy nadie de la administración estatal puede salir a dar un dato o una declaración si la gente tiene evidencia de lo contrario; en el momento que lo haga será el blanco de la sociedad en redes sociales, que es el lugar donde la gente se desquita de los males y la ineficacia de sus autoridades.
Hace días, como ejemplo de lo anterior, la Fiscalía General del Estado de Colima salió a decir que en el fin de semana pasado se habían cometido unos cuantos asesinatos y otro hecho delictivo más, cuando lo cierto es que el viernes, sábado y domingo hubo una cantidad impresionante de ejecuciones, embolsados, tiroteos y demás.
De acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, del viernes 7 al domingo 9 se registraron en Colima “solamente 3 homicidios dolosos”. La realidad, sin embargo, es distinta: los asesinados fueron al menos cinco personas, pero otras fueron heridas por armas de fuego y, además, fueron abandonados dos cadáveres en bolsas de basura.
Los datos oficiales contrastan con la realidad. ¿Por qué? Porque creen que la gente es tonta y no se informa o no está al tanto de lo que sucede en la entidad. La estrategia de comunicación social, de cambiar la percepción de la ciudadanía, no funciona; por el contrario, deberían abandonar ese tipo de prácticas y todo el dinero que utilizan para hacer creer a la gente que vive en un Colima diferente al que es en realidad.
Con todo el cinismo del mundo las autoridades de Colima, en la Fiscalía General del Estado con el tema de inseguridad y en las dependencias del gobierno del Estado con temas de finanzas, educación y salud, mienten descaradamente; lo increíble es que sus aplaudidores a sueldo se la creen y hacen eco de las mentiras del gobierno.
Uno de los que tiene esa función es Ricardo Sánchez Arreguín, un sujeto enano mental y físicamente que, por 40 mil pesos al mes, desde la Oficina de la Gubernatura, con el aval de Eduardo Jurado Escamilla e Indira Vizcaíno Silva, pinta un Colima que sólo existe en su imaginación y en el de sus jefes.
Basta ver los comentaros en sus publicaciones para darse cuenta que esa estrategia no sirve para nada; sus mismos contactos en redes sociales se encargan de desmentirlo y de proporcionar evidencias de lo que afirman. A Ricardo Sánchez no le queda más que aplicar la clásica de que en el PRI robaban más, pero se queda sin argumentos y pasa al siguiente tema, en donde de nueva cuenta es confrontado con datos oficiales por sus seguidores en Facebook.
Y si no fuera suficiente con hacer defensas de la gobernadora, los 40 mil pesos al mes también incluyen ataques y calumnias a los medios de comunicación y a la sociedad civil que se atreve a alzar la voz para externar críticas hacia el gobierno del Estado y su gobernadora.
El día que entiendan que la sociedad no consume sus mentiras porque se informa en medios alternativos, no tendrán la necesidad de mentir ni alquilar plumas para que difundan la narrativa oficial; con que hagan un buen trabajo y no se roben el dinero es más que suficiente para que las cosas caminen.
¿Es mucho pedir?