POR Luis Fernando Moreno Mayoral
En el gobierno más feminista de la historia de Colima, como le gusta decirle a Indira Vizcaíno cada que tiene oportunidad, estos son los feminicidios que ha habido estas últimas dos semanas:
El martes 11 de julio, por la calle Gonzalo de Sandoval, una patrulla de la Policía Estatal que estaba estacionada recibió diversos impactos de bala de sujetos que accionaron sus armas.
De los tres policías que estaban en el interior, una mujer policía murió al instante, mientras que los otros dos fueron llevados de emergencia al Hospital Regional Universitario, donde uno de los elementos estuvo a punto de perder el brazo porque en el nosocomio no había una vacuna para el tétanos.
La familia decidió comprar la vacuna por su cuenta para que se la pudieran aplicar lo más rápido posible; aun así, se la pusieron al tercer día, sin saberse si la cirugía iba a salvar su extremidad.
El 12 de julio, en Rinconada de Pereyra, una mujer fue alcanzada por los disparos de unos sujetos que la estaban siguiendo; la autoridad llegó pero no logró detener a nadie.
El jueves 13 de julio, en el Real Centenario, Villa de Álvarez, asesinaron de varios disparos de arma de fuego a una mujer; al lugar llegaron las autoridades, con la novedad de que no pudieron atrapar a los responsables del ataque.
El día que llovió a mares en Colima, el lunes 17 de julio, una mujer caminaba tranquilamente por la colonia Los Trabajadores; se acercaron unos tipos y le dispararon en repetidas ocasiones, quedando muerta al instante.
En una foto que tomaron quedó descrita la desgarradora imagen de una adolescente, al parecer su hija, arrodillada ante la víctima, llorando desconsoladamente, sin saber por qué unos delincuentes le habían arrebatado la vida a su madre.
El martes 18, mientras se disponía a preparar su negocio de perros calientes, doña Argelia vio llegar a unos sujetos con pistola en mano y le dispararon a quemarropa en varias ocasiones; quedó tendida en el suelo en un charco de sangre, mientras los curiosos de La Albarrada caminaban por el lugar tomando fotos y videos.
Cuando llegaron las autoridades, como siempre sucede, sólo acordonaron el área, pero no lograron detener a los responsables, pese a que por esa misma zona ha habido diversos ataques con armas de fuego en contra de personas que viven por la colonia.
Ayer jueves, en la colonia Infonavit, a metros de la Avenida Niños Héroes, unos sicarios llegaron hasta un taller de motocicletas y dispararon alrededor de 8 ocasiones; el objetivo era una mujer que previamente había sido amenazada, que quedó sin vida al instante.
Ana Karen, como se llamaba la fémina, era menor de edad; meses atrás fue exhibida en el estacionamiento de un bar de la ciudad, en medio de un pleito entre dos bandas de jóvenes que parecían alcoholizados.
¿Qué hace Indira Vizcaíno ante esto? Primero se escondió y evadió salir a los medios de comunicación para no hablar de la violencia; después sacó un par de videos banales en donde pretendió ignorar los ríos de sangre que corren por las calles de Colima todos los días.
Y, por último, cuando ya no tuvo elección, decidió no responder a la pregunta que le hicieron en sus Diálogos por la Transformación; pese a que el cuestionamiento fue directo y claro, la gobernadora sólo escuchó con molestia y enfado y sólo atinó a decir que un día antes habían tenido conferencia con el vocero de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y Seguridad.
Las familias de las víctimas del crimen organizado, así como de los desaparecidos, esperan una respuesta de la máxima autoridad del Estado; no se conforman con una declaración mediocre de un vice fiscal que ha demostrado su incapacidad en el cargo, conduciéndose la mayoría de las veces de manera torpe cuando da cifras que después él mismo desmiente.
En dos semanas han asesinado a seis mujeres en ataques armados; en 15 días ha habido 6 feminicidios en el gobierno más feminista de la historia de Colima, como tanto le gusta afirmar a la gobernadora Indira Vizcaíno.