POR Jorge Octavio González
Lo que hay que dejar en claro desde este momento es que el secretario de Seguridad Pública del gobierno del Estado, Héctor Alfredo Castillo Báez, es un comandante serio, objetivo y no se anda por las ramas; sabe perfectamente la situación que hay en la entidad y reconoce lo mucho que hace falta por hacer para bajar los índices delictivos.
De entrada, el reconocimiento que hizo en el sentido de que este 2022 ya rebasó la cifra histórica del 2017 como el año más violento de la historia de Colima es un gran avance. Sorprendente para alguien que trabaja en el gobierno de Indira Vizcaíno, en donde todos, sin excepción, se escudan en el desastre que dejaron los del pasado en sus dependencias para no dar los resultados que los colimenses esperan.
2022 es, pues, el año más violento de toda la historia de Colima y todavía faltan más de 15 días para que se termine el mes de diciembre. Como una afrenta de los grupos criminales al gobierno del Estado, al mismo tiempo que estaba compareciendo el secretario de Seguridad Pública en el Congreso del Estado, sicarios acribillaron a un sujeto en pleno centro de la ciudad de Colima, dejando un espectáculo dantesco a las personas que pasaban horrorizadas por el lugar y veían la sangre deslizándose por toda la calle.
El lunes 12 de diciembre, cuando mucha gente estaba en las calles en las peregrinaciones por el Día de la Virgen de Guadalupe, los hechos de violencia no pararon con el joven acribillado en la calle 16 de septiembre y Gildardo Gómez, sino que continuaron con balazos a la fachada de una casa en la calle José D. Ruiz, en Villa de Álvarez, así como la ejecución de un sujeto cerca del jardín de La Corregidora, en Aquiles Serdán, en el municipio de Colima.
Más que rebasado el 2017 comparado con los crímenes de este 2022. El único que no entendió la situación y la seriedad del asunto como el comandante Héctor Castillo es el golpeador y violento diputado de Manzanillo, Rubén Romo Ochoa, sujeto lleno de rencor y odio que sólo es capaz de insultar y calumniar a quien sea con tal de defender lo indefendible.
Mientras el legislador que se siente el próximo candidato de MORENA a la presidencia municipal de Manzanillo recordaba las cifras del 2017 para tratar de golpear a la oposición y al anterior gobierno, haciendo responsables de la violencia a los que estaban haciendo uso de la voz en el Poder Legislativo, el propio secretario de Seguridad Pública confesaba, con lamentación, que ya se había rebasado la cifra histórica y que el 2022 era el año más violento de todos los tiempos.
El comandante lo reconoció porque es un hombre sincero y realista; el diputado quedó como un payaso cuando escuchó que es este gobierno, el de Indira Vizcaíno, el más violento de cuantos haya habido en toda la historia de Colima; como un soberano imbécil quedó cuando se tuvo que tragar sus palabras y ser el hazmerreír de todos en el Congreso del Estado.
La diferencia entre el comandante Héctor Castrillo Báez y los funcionarios que designó Indira Vizcaíno en su gabinete es que el primero sabe lo que hace pero no estuvo inmiscuido en la política ni en las grillas de MORENA y los segundos son lamebotas de la gobernadora que ni están preparados para el cargo que ejercen ni tienen la madurez para reconocer que no están a la altura de las circunstancias.
Debería haber más funcionaros como el secretario de Seguridad Pública y menos aduladores como Viri Valencia, Dulce Huerta Araiza, Fabiola Verduzco Aparicio, Eduardo Jurado Escamilla o el propio confidente de la gobernadora, Miguel Ángel Vargas Vaca. Otra cosa sería y Colima no sería la burla nacional al tener a la gobernadora mujer peor calificada de todo el país y a la penúltima gobernadora en general de todo México.
Las cifras no mienten: Colima no es un ejemplo a seguir en el combate a la delincuencia organizada; en parte no lo es porque la gobernadora incumplió acuerdos que hizo en campaña con las mafias para llegar al poder.
Pero la disposición del secretario de Seguridad y la franqueza con la que plantea la situación hace tener un poco de esperanza; esperemos que en realidad lo dejen trabajar y la gobernadora no lo obstaculice por golpear al cártel que, según los documentos de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, protege el mini fiscal Bryant Alejandro García Ramírez.
Sobre el diputado Rubén Romo: qué ingenuo es al creer en la palabra de la gobernadora y sentir que será el candidato de MORENA a la alcaldía de Manzanillo. Tremenda sorpresa que se va a llevar; si no que le pregunte al subsecretario Rubén Mejía Berdeja, quien hizo berrinche porque la candidatura a la gubernatura de Coahuila se la dieron al senador Armando Guadiana.
Hoy Romo sirve a la gobernadora en su pleito con Griselda Martínez Martínez, pero mañana será desechado como basura; así es Indira Vizcaíno.